Preparación La farinata, plato típico de la cocina ligur (pero ahora también de muchas otras zonas de Italia y más allá) es un plato definido como "pobre", pero muy nutritivo gracias a las vitaminas B y C y al fósforo que contienen los garbanzos. Con la adición de un poco de setas secas, se convierte en la crujiente y aromática farinata del bosco, un plato básico para entrantes sabrosos pero también para un segundo plato rápido y muy agradable./p> En un bol grande, tamice la harina de garbanzos y vierta 800 ml de agua, removiendo bien para evitar que se formen grumos. Después de lavar y quitar las agujas a las ramitas de romero, procedemos a triturarlas en una batidora junto con las setas secas, sal y pimienta. Añadimos este polvo aromático a la mezcla líquida de agua y harina de garbanzos, vertemos 30 ml de aceite y un poco de sal en el bol y dejamos reposar durante 2 horas. Mientras tanto, engrasamos una bandeja de horno con aceite y calentamos el horno a temperatura máxima (también se puede hornear en la cocina si es necesario). Le damos un último removido a la farinata y la vertemos en la bandeja de horno, distribuyendo por encima la cebolla cortada en rodajas. Horneamos (o freímos) hasta que la superficie esté dorada y crujiente (también se le puede dar la vuelta para igualar el dorado). Una vez horneada, se puede decorar al gusto con unas hojas de perejil o laurel. La receta de farinata del bosco es una de las muchas variantes de este plato, que también se puede condimentar con otras verduras (calabacines, acelgas, guisantes...) y luego acompañar con stracchino, gorgonzola y salchicha.